67 Simón y sus hombres, por su parte, salieron de la ciudad y dieron
fuego a los ingenios.
68 Trabaron combate con Báquides, le derrotaron y le dejaron sumido
en profunda amargura, porque habían fracasado su plan y su ataque.
69 Montó en cólera contra los hombres sin ley que le habían
aconsejado venir a la región, mató a muchos de ellos y decidió volverse a
su tierra.
70 Al saberlo, le envió Jonatán legados para concertar con él la paz y
conseguir que les devolviera los prisioneros.
71 Báquides aceptó y accedió a las peticiones de Jonatán. Se
comprometió con juramento a no hacerle mal en todos los días de su vida,
72 y le devolvió los prisioneros que anteriormente había capturado en
el país de Judá. Partió luego para su tierra y no volvió más a territorio judío.
73 Así descansó la espada en Israel. Jonatán se estableció en Mikmas,
comenzó a juzgar al pueblo e hizo desaparecer de Israel a los impíos.